Entrevista con Anthuriumkwekerij Wijnen

En los Países Bajos nos enfrentamos continuamente a condiciones climáticas extremas. Hace casi un año, un tiempo veraniego extremo causó un grave impacto en el invernadero de anturios de Joan y Nancy Wijnen. Hablamos con ellos, que llevan más de treinta años cultivando anturios, acerca del impacto y las consecuencias de estos daños, y sobre sus experiencias de venta de las flores de esta orquídea a los consumidores.

Nancy and Joan Wijnen

«La historia de la empresa es especial. Junto con mi mujer Nancy, relevé a mi padre al frente de la misma en 1986. Él cultivaba anturios en un invernadero de 6.000 m2. Entre 1988 y 1999, ampliamos varias veces el negocio hasta alcanzar una superficie acristalada de 2,4 hectáreas. Con el cambio de milenio, siguió creciendo la demanda de anturio, por lo que decidimos construir un nuevo invernadero de 150 metros. Esta última ampliación se llevó a cabo en 2003 (1,5 Ha) y en 2004 (1,2 Ha). En la actualidad cultivamos 20 variedades, que vendemos en las subastas de Aalsmeer, Eelde y Herongen (Alemania). También servimos directamente a algunos centros de jardinería y a floristas. En 2019 hará 50 años que mi padre empezó a cultivar el anturio».

Al final de un cálido día, una granizada acompañada de ráfagas de viento devastó la mayor parte de Brabante y Limburgo. Fueron arrasadas más de 200 hectáreas de invernaderos de cristal y cultivos, ya que resulta imposible luchar contra pedriscos tan grandes como puños. Los daños resultaron aún más evidentes al día siguiente. Se rompieron más del 80% de las ventanas del invernadero, de 5 hectáreas.

Usted se encontraba al fondo del invernadero en una visita guiada con un grupo de personas y tuvo que correr, literalmente, para salvar su vida. ¿De qué manera le afectó esto?
«Es cierto, estábamos con un grupo de gente dentro del invernadero. Por fortuna, conseguimos escapar a tiempo. En el momento mismo no te das cuenta de lo que pasa», comenta Joan. Nancy: «Lo que más me impresionó fue el sonido de los cristales cayendo e impactando sobre el tejado del almacén. Cuando hubo pasado la tormenta, había un lecho de cristal de 10 centímetros de altura en el pasillo central». Joan sigue: «Por supuesto este incidente supuso un fuerte impacto emocional, pero en menos de media hora ya estaba llamando a la aseguradora, a los proveedores de cristal y a vidrieros. Ahora que ha pasado un tiempo, puedo decir que este estado de ánimo fue decisivo, ya que repercutió de modo notable en el porterior proceso de reconstrucción. Fuimos una de las primeras empresas en reaccionar, por lo que estuvimos a tiempo de recurrir a un proveedor de servicios fiable para la reparación de la cubierta del invernadero. Eso resultó ser un factor determinante».

El vidrio roto en el cultivo

Como emprendedor se enfrenta a altibajos, pero una granizada como la de aquella tarde de verano pone en peligro la continuidad de una empresa como la suya.
«Tras consultarlo con la aseguradora, decidimos salvar la cosecha. Fueron tres meses de cultivo en un invernadero «convertible».  Nuestra prioridad era preservar la salud del cultivo y evitar que las hojas se quemasen. Por suerte, la pantalla no estaba cerrada en el momento de la tormenta, y, aunque muchos cables acabaron cortados, pudimos dar sombra de manera manual. Por supuesto, primero había que comprobar que fuese seguro entrar en el invernadero, por lo que se procedió a retirar el cristal de la cubierta y del cultivo. Durante el acristalamiento se tuvo que abrir la tela protectora y, para evitar que la planta sufriera quemaduras, instalamos tres capas de tela acrílica sobre el cultivo para alcanzar el nivel de sombra deseado. Más tarde vimos que pesaban demasiado, por lo que practicamos túneles. Entonces resultó que hacía demasiado calor bajo la pantalla, por lo que la subimos por los laterales del túnel. Entre las diez de la mañana y las cinco de la tarde humedecíamos las pantallas sin parar con rociador. Todo ello supuso un proceso de aprendizaje porque, por ejemplo, acabamos notando que en la parte posterior del invernadero las plantas sufrían mucho menos. En ciertos momentos se sabe manejar la situación, pero primero hay que haberlo descubierto todo por uno mismo. Por fortuna pudimos contar con la ayuda de personal de Anthura y Bureau IMAC. Hay otras empresas y personas que también empatizaron con nosotros y nos ayudaron mucho.

Según el contador de pasos de mi teléfono, durante ese período acababa caminando unos veinte kilómetros al día. Recibir apoyo hace sentirse bien». Nancy no puede más que secundar esto.

El techumbre roto

¿Qué aconsejaría a los cultivadores a la hora de enfrentarse con una calamidad para su empresa de tal magnitud?
Joan es rotundo respecto a ello: «’Ponte en marcha de inmediato: llama a la aseguradora, al proveedor de cristal y a los vidrieros. Cuando hagas el pedido del cristal, confirma la entrega, tanto la cantidad como las medidas. Un empresario de por aquí recibió un camión de cristal en el tiempo acordado, pero resultó que las medidas estaban equivocadas. Asegúrate de que redactas un informe de daños bien documentado: toma fotografías y filma los perjuicios ocasionados. Las fotografías conmovedoras suelen expresar mucho más que el material puramente fotográfico. En la medida de lo posible, escoge de modo adecuado con quién trabajar. Yo conocía a las empresas TST y DEGO de trabajos anteriores para reparar la cubierta del invernadero. Tienen contactos con equipos de vidrieros experimentados ¡a los que debemos tanto! Cada semana los invitábamos a un trozo de pastel de una panadería local y ocho semanas más tarde a una barbacoa. Puede afirmarse que les demostramos nuestra gratitud. Finalmente, sigue en contacto con la aseguradora.

Ha pasado casi un año. ¿En qué momento se encuentran en lo que respecta a sus cultivos y la empresa?
«Las plantas se han vuelto perezosas. La larga estancia a la sombra y la gran cantidad de agua han provocado que los capullos se hayan vuelto muy gruesos. Como consecuencia, ha aumentado de manera considerable el tamaño de las flores, y de ningún modo se hallan al nivel al que estaban antes».’ Nancy continúa: «Antes de la granizada los cultivos tenían un aspecto precioso, y era un placer pasear por el invernadero. Habíamos proyectado reemplazar este año tan sólo 2.000 m2, pero al final han resultado ser 16.000 m2. En 2018 tendremos que sustituir otros 1.500 m2 por culpa de los daños. Ahora mismo estamos produciendo al 60% y todavía nos queda un largo camino, pero ya éramos conscientes de ello cuando optamos por esta manera de abordar el problema».

Hablando de altibajos, ¿de dónde le viene este impulso emprendedor?
«Soy un cultivador nato. Cultivar es lo que más me gusta en el mundo y lo que más satisfacciones me reporta. También se me da bien vender, cuando se trata de un trato directo. Pero no soy hombre de ordenadores. Cuando echo la vista atrás, me doy cuenta de que el carácter emprendedor ya lo aprendí en casa. No tienes que ser especialmente inteligente, sino entender cómo funciona este mundo», explica Joan.

Hace diez años, Anthura introdujo la rotura de hojas jóvenes como método de cultivo. ¿Con qué retos se enfrentó?
«En primer lugar me fijé en los ensayos y en aquellos cultivadores que ya habían comenzado a aplicar dicho método en superficies extensas. Esto evitó que cometiera graves errores durante el cultivo. Al fin y al cabo, no todas las variedades son adecuadas para la rotura de hojas jóvenes. Elijo la estrategia correcta según la variedad. La principal ventaja que le encuentro es que me ahorro trabajo. Y el mayor desafío para mí es alcanzar una producción de alta gama con flores de excelente calidad».

¿Cómo logra que los consumidores potenciales encuentren el anturio un producto interesante?
«Tal y como he comentado, cultivamos veinte variedades distintas. Nos centramos en aquellos clientes que buscan la calidad, por lo que sólo con una selección escrupulosa podemos suministrar un producto fiable. Con una superficie de más de 5 hectáreas podemos dar cobertura a una amplia demanda. Esto se traduce en una tienda única para el cliente».

La tienda de Joan y Nancy

¿Qué hay de su tienda, Nancy? Usted vende muchas flores directamente a sus clientes.
«Es cierto, en 2009 empezamos vendiendo flores ligeramente dañadas. Pronto la tienda empezó a ser conocida y, cuando un cultivador muy amable del vecindario dejó de vender ramos de anturios, continuamos con su negocio. Fuimos capaces de suscitar el interés de sus clientes para hacernos pedidos de ramos y así empezó todo. Nuestros clientes en el establecimiento están entusiasmados con el producto. A veces la gente llega de muy lejos pero sabe exactamente lo que quieren: visitan nuestro comercio de manera expresa por los anturios. La publicidad de boca en boca funciona en nuestro beneficio, y desde hace unos años nuestra hija Daniek es la fuerza motora de las redes sociales en las que nos movemos. Facebook es una de las importantes, y nos permite tener acceso a clientes tanto nuevos como consolidados.

Ofrecemos un amplio surtido y damos empleo a cuatro floristas, cada uno con su propio estilo personal. Esto es importante, porque así podemos elaborar el ramo adecuado para cada gusto particular. Los clientes de más edad vienen a nuestro establecimiento por la durabilidad del anturio, mientras que los más jóvenes lo hacen por su apariencia. Variedades como Previa® y Alero® se hallan en perfecta sintonía con la juventud. Gracias a la tienda hemos llegado a saber lo que quiere la gente. Podría decirse que en la actualidad sólo vendemos máxima calidad. Así que a través del local estamos en permanente contacto con la clientela. Una cosa es segura: el anturio apasiona a los consumidores, que la consideran una flor moderna».

¿Qué mensaje desearían enviar a los lectores de Anthurinfo?
«’Un empresario debe conservar la motivación, incluso durante los contratiempos. Se trata sobre todo de perseverancia. Los daños fueron enormes, pero durante los últimos meses hemos dado grandes pasos para volver a encarrilar la empresa. Estamos viendo crecer los cultivos otra vez y nos esperan nuevos retos en lo que se refiere a cifras de ventas. Nuestra lista de prioridades para los próximos cinco años viene encabezada por la colaboración y por aumentar el comercio directo».

Anthurinfo
Este artículo es parte del Anthurinfo junio 2017 – Lea aquí la edición completa.